Rial atacó a Milei en vivo y lo que pasó después fue devastador

El mundo de la televisión y la política argentina volvió a sacudirse este lunes cuando, en pleno programa en vivo, Jorge Rial lanzó una andanada de críticas contra el presidente Javier Milei… y terminó viviendo una de las peores humillaciones de su carrera mediática.

Todo comenzó con un segmento que, según la producción, estaba destinado a analizar las últimas medidas del Gobierno. Rial, siempre polémico y frontal, arrancó con un tono irónico que rápidamente subió de intensidad. En cuestión de minutos, su discurso pasó de una crítica política a un ataque personal, con frases que dejaron helados a los presentes.

“Este hombre es un experimento peligroso para el país”, dijo Rial señalando la cámara. “Está jugando a ser salvador, pero nos está llevando al desastre.”

Las redes explotaron de inmediato. Twitter (ahora X) se llenó de comentarios, la mayoría de seguidores de Milei indignados y pidiendo respuestas. Rial, lejos de calmarse, aprovechó el eco mediático para redoblar la apuesta: “No me importa lo que digan sus fans, yo sé cosas que él no quiere que se sepan.”

Fue ahí donde todo cambió. Según varios testigos en el estudio, un productor recibió un mensaje urgente y se lo mostró en el celular. Rial, al leerlo, se quedó inmóvil por unos segundos. Luego, con el ceño fruncido, trató de seguir hablando, pero su tono había cambiado. La seguridad que lo caracterizaba parecía desmoronarse en tiempo real.

En menos de veinte minutos, su ataque inicial se convirtió en un titubeo constante. Las cámaras captaron cómo sudaba, revisaba papeles y evitaba mirar al lente principal. El chat en vivo del programa en streaming comenzó a llenarse de mensajes burlones: “Se le acabó la batería del guion”, “Lo dejaron sin aire”, “Se viene la caída”.

Fuentes cercanas afirman que, en ese momento, Milei o su entorno habrían filtrado información comprometedora sobre Rial a ciertos periodistas y cuentas de redes sociales. No se sabe con certeza de qué se trataba, pero minutos después comenzaron a circular capturas de chats, audios y fotos antiguas del conductor, en contextos que, al menos, levantaban sospechas.

Mientras las redes ardían, Rial intentaba retomar el control del programa. Pero ya era tarde. Cada vez que pronunciaba el apellido “Milei”, el chat explotaba con memes y acusaciones en su contra. Incluso algunos de sus panelistas optaron por guardar silencio, evitando sumarse a una situación que se estaba volviendo insostenible.

En un momento, Rial pidió un corte comercial “para organizar el debate”. Sin embargo, testigos aseguran que en la pausa se produjo una fuerte discusión fuera de cámaras. La voz de Rial, alzándose sobre el murmullo del equipo, se escuchó claramente: “¡Esto es una emboscada!”.

Al regresar del corte, su semblante era otro. Ya no atacaba. Hablaba con un tono más moderado, casi justificando sus palabras anteriores. Intentó suavizar sus críticas, diciendo que “su intención nunca fue personal” y que “toda figura pública debe aceptar el debate”. Pero el daño ya estaba hecho.

En redes, las comparaciones con otros casos de “autodestrucción mediática” no tardaron en aparecer. Memes con cronómetros marcaban “20 minutos desde el ataque hasta la rendición”. Videos recortaban el momento exacto en el que su confianza se derrumbaba. Algunos incluso editaron el clip con música dramática y títulos irónicos como “La caída de un gladiador”.

Lo más llamativo fue que, al finalizar el programa, Rial no dio la habitual despedida. Simplemente cedió la palabra a otro panelista y se retiró del set, dejando a todos desconcertados. En las horas siguientes, no publicó nada en sus redes, algo inusual para él, que suele reaccionar al instante ante cualquier polémica.

Mientras tanto, Milei no hizo comentarios directos sobre el incidente, pero en su cuenta de X publicó una frase que muchos interpretaron como un dardo dirigido a Rial:

“Cuando te atacan, es porque estás ganando. Y si se autodestruyen, mejor.”

La publicación recibió miles de likes y comentarios en pocos minutos, consolidando la percepción de que el presidente había salido victorioso de este inesperado cruce.

La prensa especializada analizó el episodio como una muestra del poder de las redes en la era actual. “En otro tiempo, un conductor podía marcar la agenda atacando a un político desde la TV. Hoy, las redes responden en tiempo real, y si hay información para contraatacar, el golpe es inmediato y devastador”, escribió un columnista de espectáculos.

Otros apuntaron a que el propio Rial habría subestimado la capacidad de Milei y su equipo para reaccionar rápido y golpear de vuelta con fuerza mediática. “No es un político tradicional, y sus seguidores están organizados para viralizar cualquier respuesta”, comentaron analistas políticos.

Lo que sucedió después terminó de cerrar la herida… o de abrirla más. Al día siguiente, en otro programa de televisión, un panelista mostró fragmentos de chats supuestamente filtrados desde el entorno de Milei, en los que se hacía referencia a “asuntos personales” de Rial. Aunque el conductor no confirmó ni desmintió la autenticidad de esos mensajes, su silencio fue interpretado por muchos como una señal de que prefería no escalar el conflicto.

En los bares, oficinas y redes, la historia ya tenía un título: “Rial atacó… y perdió en tiempo récord”. Los memes continuaban, y hasta algunos famosos aprovecharon para bromear. Uno de ellos escribió: “Récord mundial: 20 minutos de gloria y derrumbe”.

En definitiva, el episodio dejó una lección clara: en la arena pública actual, un ataque mal calculado puede volverse en tu contra con una velocidad demoledora. Rial, que durante décadas fue un maestro en manejar escándalos ajenos, se convirtió en protagonista de su propio derrumbe televisado.

Ahora, el gran interrogante es si volverá a la carga contra Milei o si este episodio marcará un punto de inflexión en su estilo combativo. Por lo pronto, su silencio posterior habla más que cualquier editorial: la batalla se perdió… y el costo, al menos por ahora, parece demasiado alto.