🚨¡Impactante! Las cosas más EXTRAÑAS que no sabías sobre Blazing Saddles y lo que realmente sucedió detrás de cámaras.

Blazing Saddles (1974), dirigida por Mel Brooks, es considerada una de las comedias más irreverentes, influyentes y, a veces, controvertidas de todos los tiempos. Con su humor audaz y su crítica a la discriminación racial, la película no solo rompió barreras, sino que también desató un torbellino de hechos y anécdotas detrás de cámaras que muchos ni se imaginan. Si eres fan de esta clásica comedia del oeste, prepárate para descubrir las cosas más raras y sorprendentes que probablemente no sabías sobre Blazing Saddles.

1. Un elenco de actores improvisando a sus anchas

Uno de los mayores atractivos de Blazing Saddles es su tono único y su capacidad para jugar con el absurdo y la sátira. Sin embargo, mucho de esto vino de las improvisaciones del elenco, especialmente en las escenas más icónicas. Gene Wilder, quien interpretó al “corrupto” Jim, el “Loco”, en el filme, era conocido por su estilo de actuación espontáneo y su capacidad para cambiar el rumbo de una escena con una simple línea improvisada.

La famosa escena donde Wilder (Jim) grita “¡¿Cómo te atreves a llamarme, hijo de…!?” fue en gran parte una improvisación. Mel Brooks, el director, permitió que los actores llevaran las escenas a un nivel más personal y espontáneo, lo que resultó en momentos genuinamente divertidos.

2. El “próximo guion” nunca existió realmente

Una de las características de Blazing Saddles es la forma en que juega con la cuarta pared. En la última escena, el elenco y los personajes literalmente abandonan el universo de la película y terminan en los estudios donde se rodaba la película. Esto puede parecer una ruptura total de la historia, pero lo que muchos no saben es que originalmente el guion no contenía esta idea. Fue Mel Brooks quien decidió cambiar el rumbo del filme y terminarlo con una escena completamente absurda que rompía las convenciones del cine.

La idea de llevar los personajes del Oeste al “mundo real” fue una forma de reflexionar sobre la absurdidad de la violencia y los estereotipos en los westerns tradicionales.

3. Una película con tanto racismo que se convirtió en una parodia del racismo

El tema central de Blazing Saddles es, por supuesto, el racismo. Sin embargo, una de las cosas más raras y sorprendentes de la película es cómo se presenta este tema: la película es tan explícitamente racista en sus diálogos y escenas que, de hecho, es una parodia del racismo mismo.

La película utiliza el lenguaje de odio y discriminación para hacer una crítica mordaz sobre cómo la sociedad americana trató a las minorías, particularmente a los afroamericanos. Muchos de los diálogos más “polémicos” de la película no solo fueron aceptados, sino que se convirtieron en parte del discurso de la película para reírse de la ignorancia de los personajes que los pronuncian. Este enfoque rompió moldes, ya que ningún otro western de la época se atrevió a tratar el racismo de la forma tan directa, pero con un enfoque tan subversivo.

4. La controversia que casi detuvo la película

Aunque Blazing Saddles se convertiría en un éxito de taquilla, no estuvo exenta de controversias, tanto dentro como fuera del set. La película enfrentó críticas intensas antes incluso de su estreno, debido a su tratamiento irreverente de temas como el racismo y la violencia. En particular, Warner Bros. estuvo a punto de detener la producción en varias ocasiones debido a los guiones y las bromas “politicamente incorrectas”.

A pesar de la presión, Mel Brooks defendió el enfoque de la película y su derecho a satirizar temas tan sensibles. El director, con su característico humor y valentía, se mantuvo firme en su visión, lo que finalmente llevó a la película a convertirse en una de las más exitosas de la época.

5. El personaje de Cleavon Little no fue la primera opción

El papel de Bart, el protagonista afroamericano, fue una de las elecciones más fundamentales para que la película funcionara. Muchos no saben que Mel Brooks inicialmente quería a Richard Pryor para interpretar a Bart, un actor y comediante que ya estaba comenzando a hacerse famoso por su estilo de humor irreverente y su capacidad para abordar temas de raza de una manera única.

Sin embargo, debido a problemas de agenda y diferencias creativas, Richard Pryor no pudo ser parte del proyecto. En su lugar, Cleavon Little fue elegido para interpretar a Bart, y su actuación se convirtió en un elemento crucial del éxito de la película. Little logró equilibrar perfectamente el humor con la seriedad del tema, lo que le dio al personaje una profundidad que solo un actor de su calibre podría lograr.

6. El uso de palabras “prohibidas” en la televisión de la época

Para muchos, Blazing Saddles es recordada por su lenguaje explícito y sus bromas atrevidas. Sin embargo, lo que es aún más impresionante es que muchas de estas palabras y frases, que ahora parecen normales, eran completamente “prohibidas” en la televisión y el cine de la época. Desde el uso constante de la palabra “negro” (para referirse a los afroamericanos) hasta las bromas sobre los estereotipos raciales, la película rompió tabúes de manera intencional.

A lo largo de la película, el guion utiliza una cantidad de lenguaje que se consideraría inapropiado hoy en día, pero que en ese momento sirvió como herramienta para burlarse de la rigidez de los valores racistas de la época. Lo más sorprendente es cómo Mel Brooks utilizó este lenguaje para transformar el racismo en algo que el público podía ver como una sátira, en lugar de una simple repetición de los estereotipos comunes en las películas de ese tiempo.

7. La escena de la canción “I’m Tired” de Lili Von Shtupp casi no sucedió

La escena de Lili Von Shtupp (interpretada por Madeline Kahn) cantando “I’m Tired” es una de las más recordadas de la película, y no solo por su contenido humorístico, sino por la entrega impecable de Kahn. Sin embargo, muchos no saben que esta escena casi no se hizo.

Mel Brooks pensó que la canción podría ser demasiado provocadora y que no encajaría bien con el tono general de la película. Madeline Kahn insistió en que el número era necesario para su personaje y el equipo de producción le dio luz verde a la idea. El resultado fue una de las escenas más divertidas y geniales del cine de comedia de los 70s.

8. La parodia al cine clásico del oeste y la violencia “excesiva”

La película también se dedica a hacer parodias de los westerns clásicos, con una violencia que va más allá de lo cómico. La última escena, con una enorme pelea entre todos los personajes y el caos generalizado, es una parodia de la violencia excesiva que se veía en muchos westerns de la época. Mel Brooks se burla de la idea de la violencia sin sentido en las películas del género, llevándola a un nivel cómico e irreverente. De hecho, la escena final con un enfrentamiento a gran escala entre los personajes es exageradamente absurda, lo que hace aún más potente la crítica.


En resumen, Blazing Saddles es mucho más que una simple comedia. Es una obra maestra que no solo rompió las reglas del cine de la época, sino que también planteó una crítica mordaz a los problemas sociales y culturales a través de la sátira y el humor negro. Las cosas raras, las improvisaciones y las decisiones arriesgadas detrás de cámaras hicieron de esta película algo único, y hoy sigue siendo un referente del cine de comedia más atrevido y subversivo de todos los tiempos.