“Después de siete años de silencio absoluto, Eddy Mitchell rompe por fin su mutismo y lanza declaraciones explosivas sobre Laeticia Hallyday. A sus 83 años, el legendario amigo y compañero de Johnny Hallyday habla sin filtros sobre lo que realmente ocurrió tras la muerte del ídolo del rock francés. Sus palabras, duras, inesperadas y llenas de verdad, reabren viejas heridas y sacuden los cimientos del entorno Hallyday.”

El rock francés vuelve a temblar. Siete años después de la muerte de Johnny Hallyday, su más fiel amigo y compañero de vida artística, Eddy Mitchell, ha roto el silencio.
Y lo ha hecho con una franqueza que nadie esperaba. A sus 83 años, el cantante y leyenda viva de la música francesa habló por primera vez sobre lo que ocurrió tras el fallecimiento del “ídolo eterno”… y sobre Laeticia Hallyday, la viuda más mediática de Francia.

Sus palabras no fueron amables. Tampoco diplomáticas. Fueron, simplemente, la verdad según Eddy.

“He guardado silencio por respeto. Pero el respeto no es lo mismo que la ceguera.”


Un silencio que pesaba demasiado

Desde la muerte de Johnny en diciembre de 2017, Eddy Mitchell había optado por mantenerse al margen de los conflictos familiares y mediáticos que rodearon el legado del artista.
Durante estos años, se limitó a rendirle homenaje con canciones y recuerdos, sin pronunciar jamás una palabra sobre la polémica que enfrentó a Laeticia Hallyday con los hijos mayores de Johnny, David Hallyday y Laura Smet.

Pero en una reciente entrevista para un documental dedicado a su trayectoria, Mitchell no pudo evitar que el nombre de Johnny —y todo lo que vino después— surgiera.
Y, esta vez, decidió no esquivar el tema.

“Durante mucho tiempo, pensé que el silencio era una forma de elegancia. Pero hay momentos en los que el silencio se convierte en complicidad.”


“Johnny merecía otra paz”

La conversación comenzó de forma emotiva. Eddy recordó los años compartidos con su amigo, desde los comienzos en los años 60 hasta las giras conjuntas en la famosa Vieille Canaille.
Con la voz cargada de nostalgia, confesó:

“Johnny era mi hermano. No de sangre, pero sí del alma. Vivimos más cosas juntos que muchas familias verdaderas.”

Sin embargo, su tono cambió cuando se mencionó el nombre de Laeticia.
Mitchell respiró hondo y, tras unos segundos de silencio, lanzó una frase que dejó sin palabras al periodista:

“Johnny merecía otra paz, y no la que vino después.”


El peso de una herencia y una imagen

Aunque Eddy evitó entrar en detalles legales, todos entendieron a qué se refería. La batalla judicial por la herencia de Johnny, que enfrentó a Laeticia con los hijos del cantante, marcó una de las páginas más tristes del espectáculo francés.

“Yo estuve allí, al principio. Vi el dolor, vi el desorden… pero también vi el orgullo”, relató.
“Cuando alguien se va, lo único que debería quedar es el amor. Pero lo que quedó fue ruido.”

Mitchell admitió que su distancia con Laeticia nació precisamente en esa época.

“Yo no quise formar parte del circo. Johnny odiaba los dramas familiares. Y lo que vino después fue todo menos respeto.”


La amistad que trascendía el escenario

Eddy y Johnny compartieron más de cinco décadas de amistad.
Se conocieron siendo adolescentes, soñando con el rock americano y con el brillo de una carrera que apenas empezaba. Juntos conquistaron escenarios, estudios y corazones.

“Éramos diferentes —recordó Eddy—. Él era fuego, yo era tierra. Y juntos, funcionábamos.”

Pero tras la muerte del ídolo, ese vínculo se rompió con el entorno que lo rodeaba. Mitchell confesó que intentó acercarse a Laeticia en los primeros meses, pero que “no fue fácil”.

“La casa estaba llena de cámaras, de abogados, de periodistas. No había espacio para los que solo queríamos despedirnos de Johnny sin convertirlo en un espectáculo.”


La frase que encendió Francia

En la entrevista, Eddy Mitchell no mencionó a Laeticia con insultos ni ataques directos, pero su tono fue más que suficiente para entender su descontento.

“Hay personas que aman a alguien y lo cuidan. Y hay otras que aman lo que ese alguien representa.”

La frase se propagó rápidamente por los medios franceses, que la calificaron como “la estocada más elegante pero más dura” de los últimos años.
Los fans de Johnny se dividieron: algunos apoyaron a Eddy por atreverse a hablar, mientras otros consideraron que reabrir viejas heridas no era necesario.

Pero para Mitchell, no se trataba de polémica, sino de justicia moral.

“No quiero juzgar. Solo quiero recordar al hombre que fue mi amigo, no al símbolo que fabricaron después de su muerte.”


Una promesa incumplida

Eddy también reveló un detalle desconocido hasta ahora: una promesa que Johnny le había hecho poco antes de morir.

“Me dijo: ‘Si algo me pasa, cuida de mi música, no de mi imagen’. Y eso fue lo que intenté hacer.”

El cantante explicó que su manera de honrarlo fue seguir interpretando algunas de sus canciones, manteniendo viva su esencia, lejos del ruido mediático.

“La música era su verdad. Todo lo demás… era una distracción.”


El legado que se desdibuja

Mitchell no ocultó su tristeza al ver cómo el legado de Johnny Hallyday se convirtió en una marca comercial.
Entre fundaciones, documentales, exposiciones y productos con su nombre, Eddy considera que “el alma del rockero” se diluyó entre estrategias y homenajes vacíos.

“Johnny era puro instinto. No creo que hubiera querido ser un monumento. Él quería seguir vivo en la memoria, no en el mármol.”

Según el artista, el verdadero homenaje a su amigo debería ser mucho más sencillo:

“Escuchar su música, cantar sus canciones, reírse con sus errores y aplaudir sus aciertos. Eso es amar a Johnny.”


Una advertencia para el futuro

Cuando le preguntaron si había hablado con Laeticia después de sus declaraciones, Eddy fue claro:

“No necesito hacerlo. Ella sabe lo que pienso.”

Luego añadió, con un gesto serio:

“Hay cosas que el tiempo no borra, y una de ellas es la manera en que tratamos a los muertos. Johnny merece descanso, no discusiones.”

Para muchos, esa frase fue un mensaje directo a la viuda, quien continúa gestionando el legado del cantante entre París y Los Ángeles.


El último amigo

A pesar de todo, Eddy Mitchell terminó la entrevista con un tono más sereno.
Recordó al Johnny que pocos conocieron: el hombre que amaba la buena comida, que jugaba con sus hijos, que leía poesía y que se reía de sí mismo.

“Johnny era grande porque era humano. Cometía errores, se levantaba, y volvía a cantar como si nada. Eso era su magia.”

Y concluyó con una frase que resume toda una vida de amistad y dolor compartido:

“No guardo rencor. Solo tristeza. Porque el amigo que conocí merecía un final más digno.”


Epílogo: la voz del silencio

Tras la emisión de la entrevista, miles de mensajes llegaron a las redes de fans de Hallyday y de Mitchell. La mayoría coincidía en algo: Eddy había dicho lo que muchos pensaban, pero nadie se atrevía a pronunciar.
Una frase suya se repitió como eco entre los seguidores:

“El amor no se demuestra con monumentos, sino con silencio y respeto.”

A sus 83 años, Eddy Mitchell no busca venganza ni protagonismo. Solo pretende rescatar la verdad emocional de una amistad que fue tan legendaria como la música que los unió.
Y aunque sus palabras causaron un terremoto en el entorno Hallyday, también devolvieron a la historia algo que parecía perdido: la honestidad.

“Johnny me enseñó a no fingir nunca. Así que, si digo la verdad, es porque se lo debo. A él, y al rock.”