“A sus 76 años, Antonio Vodanovic sorprendió a todos durante una entrevista íntima cuando reveló una lista inesperada de cinco artistas cuya música le cuesta escuchar, no por odio, sino por razones secretas que estremecieron al público… y las explicaciones detrás de cada nombre dejaron a todos sin palabras.”

Antonio Vodanovic, figura icónica del espectáculo latinoamericano y recordado por su elegancia en la conducción del Festival de Viña del Mar, reapareció públicamente a sus 76 años con una serenidad que sorprendió a muchos. Lo que nadie anticipó, sin embargo, fue que esta reaparición vendría acompañada de una revelación que provocaría un revuelo inesperado en el mundo musical.

Durante una conversación profunda para un programa de estilo documental —centrado en el paso del tiempo, la memoria artística y las experiencias que dejan huella—, Antonio fue invitado a hablar de su trayectoria, de los escenarios que más lo emocionaron y de las voces que marcaron su vida.

Pero hacia la mitad de la entrevista, el conductor le hizo una pregunta tan imprevisible como directa:

—Antonio, con tantos años escuchando artistas… ¿hay alguno que simplemente no puedas escuchar?

Lo que siguió capturó por completo la atención del equipo de grabación.

Antonio sonrió, cruzó las manos con calma y, tras un silencio lleno de expectativa, dijo:

—No odio a nadie, nunca lo he hecho. Pero sí hay artistas cuya música no puedo disfrutar… por razones muy personales.

Esa frase, cargada de misterio, fue solo el comienzo.

Una lista inesperada

Para sorpresa de todos, Antonio aceptó elaborar una lista simbólica de cinco cantantes cuya música le genera una reacción incómoda, aunque insistió varias veces en que no se trataba de un juicio artístico, sino de vivencias que él relaciona emocionalmente con sus canciones.

—No tengo nada contra ellos —aclaró—. Pero hay melodías que uno asocia con momentos difíciles de la vida.

Y así comenzó su relato.

1. El cantante cuya voz le recuerda un adiós

El primer nombre de la lista sorprendió a los presentes no por quién era, sino por la historia asociada. Antonio contó que la música de este artista, a quien admiraba profundamente, estaba ligada a una época en la que atravesó una pérdida familiar dolorosa.

—Escucho solo unas notas… y regreso a ese día —confesó—. No puedo evitarlo. Mi mente corre hacia lugares que me cuesta visitar.

Lejos de tratarse de una crítica, era una confesión íntima: la voz de aquel cantante estaba entretejida con la nostalgia más profunda de su vida.

2. La artista cuya canción arruinó un evento importante

El segundo nombre vino acompañado de un episodio casi cinematográfico. Antonio relató que, durante su carrera, uno de los momentos más tensos ocurrió justo cuando debía presentar a esta artista en vivo.

—Hubo un fallo técnico enorme —recordó—. Tuvimos que detener el espectáculo, reconfigurar todo, y la presión fue tremenda. Desde aquel día, cada vez que escucho su canción más famosa, mi corazón late como si volviera a estar en ese escenario caótico.

El público del documental rió con él mientras lo contaba, pero la anécdota dejaba claro que detrás de las cámaras viven tensiones que jamás salen a la luz.

3. El cantante que le provoca un recuerdo extraño

El tercer nombre generó murmullos entre los técnicos. Antonio explicó que este artista en particular no le gustaba porque su música le provocaba “una sensación rara”, difícil de describir.

—Hay melodías que el cuerpo rechaza sin razón aparente —dijo—. A veces uno conecta, y a veces desconecta. A mí me ocurre lo segundo con él.

No había historia triste, ni conflicto, ni desencuentro. Solo una reacción emocional difícil de explicar.

4. La voz que lo transporta a una época turbulenta

El cuarto nombre causó aún más intriga. Antonio habló de una etapa de su vida en la que enfrentaba gran presión mediática, decisiones difíciles y agotamiento constante.

—Ese artista sonaba en todas partes —explicó—. Radios, restaurantes, taxis, eventos… era imposible escapar. Y aunque es talentoso, escuchar sus temas me transporta inmediatamente a una época que prefiero dejar atrás.

El relato revelaba un rasgo de humanidad que rara vez se ve en figuras de su nivel: incluso quienes parecen tener el control absoluto sobre su vida no pueden escapar a los recuerdos que dejan huella.

5. La cantante que arruinó un encuentro muy esperado

La última historia fue la más sorprendente.

Antonio contó que, hace décadas, estaba a punto de declararse a una mujer que había marcado profundamente su juventud. Había planeado una cita perfecta: un paseo por la costa, una cena íntima y una conversación final bajo la luz tenue del restaurante.

Pero justo cuando iba a hablar, el local puso una de las canciones más dramáticas de una cantante reconocida.

—La canción era tan triste, tan intensa —dijo riendo— que arruinó por completo el ambiente. Terminamos hablando de filosofía, de angustias existenciales… ¡menos de lo que yo quería decir! Cada vez que escucho esa voz, recuerdo esa noche desastrosa con muchísimo cariño… y un poco de pena.

El relato dejó al equipo entre risas y suspiros.

Una entrevista que se volvió viral sin ser polémica

Contrario a lo que muchos podrían imaginar, la revelación no provocó indignación ni enfrentamientos. Al contrario: las redes comenzaron a llenarse de mensajes positivos celebrando la honestidad y humanidad de Antonio.

Muchos admiraron su capacidad de hablar con sinceridad sin atacar a nadie, explicando que sus “cinco artistas difíciles de escuchar” no eran una cuestión de gusto, sino de experiencias que cada ser humano asocia a melodías específicas.

Un cierre reflexivo

Antes de terminar la entrevista, Antonio dejó una frase que se convirtió en titular por su profundidad:

—Los artistas no tienen la culpa de lo que uno vive mientras los escucha. La música acompaña… incluso cuando no estamos preparados para que lo haga.

El documental cerró con esa reflexión, recordándonos que las canciones a veces se entrelazan con nuestra vida de maneras misteriosas.

Y así, a sus 76 años, Antonio Vodanovic volvió a conquistar al público, no con polémica, sino con la autenticidad que siempre lo caracterizó.