“A sus 72 años, Laura León, la icónica ‘Tesorito’ de México, rompe el silencio y finalmente admite lo que durante décadas todos sospechaban. En una confesión llena de emoción, nostalgia y valentía, la actriz y cantante revela la verdad detrás de su fama, los amores que marcaron su vida y los sacrificios ocultos tras su eterna sonrisa. Sus palabras, tan sorprendentes como sinceras, conmueven al público y reescriben la historia de una leyenda viva.”

Durante más de cinco décadas, Laura León, conocida cariñosamente como “La Tesorito”, ha sido una figura inconfundible del entretenimiento mexicano.
Con su voz única, su alegría contagiosa y su carisma sin igual, conquistó los escenarios, la televisión y el corazón del público.
Pero detrás de las luces, los aplausos y su característico “¡Tesoro, mi amor!”, siempre existió una mujer con secretos, heridas y una historia que pocos conocen.

Y ahora, a sus 72 años, Laura ha decidido hablar con el alma en la mano.
En una entrevista íntima y llena de sinceridad, admitió lo que durante años todos sospechaban: que detrás del brillo de la fama hubo sacrificios, decepciones y un precio muy alto que pagar por mantenerse como una de las artistas más queridas de México.

“He sido fuerte toda mi vida, pero también he llorado cuando nadie me veía. Detrás de cada sonrisa hubo una batalla que tuve que ganar sola.”


De Tabasco al mundo

Nacida en Comalcalco, Tabasco, Laura León —cuyo nombre real es Rebeca Velderráin Vera— comenzó su carrera sin imaginar el impacto que tendría.

“Yo solo quería cantar, sentirme libre. Nunca pensé que mi vida se convertiría en un personaje tan querido, tan comentado y tan difícil de sostener.”

Desde sus primeros pasos en la música, su carácter alegre y su carisma natural la llevaron rápidamente a conquistar al público. Pero no todo fue fácil.

“Vengo de abajo, de una familia trabajadora. Hubo días en que no tenía para el camión, pero tenía un sueño tan grande que nada me detenía.”

Con los años, el sueño se volvió realidad, pero también una carga.

“Ser ‘La Tesorito’ me dio todo… y al mismo tiempo, me quitó muchas cosas.”


El precio de ser “La Tesorito”

A lo largo de la entrevista, Laura León habló sin filtros sobre lo que significó convertirse en un ícono.

“La gente ve la fama como una bendición, pero también puede ser una jaula dorada. A veces quieres gritar y no puedes, porque todos esperan que sigas sonriendo.”

Confesó que su personaje público —divertido, seductor, espontáneo— muchas veces la alejó de su verdadero yo.

“Yo también tengo mis miedos, mis tristezas. Pero la gente quería a la Tesorito, no a Rebeca. Así que aprendí a esconder mis lágrimas detrás del maquillaje.”

Durante décadas, fue una de las mujeres más populares de la televisión mexicana. Sus participaciones en telenovelas como “Muchachitas”, “Dos mujeres, un camino” o “El premio mayor” la consagraron como una figura inolvidable.
Sin embargo, esa misma popularidad le exigió mantener una imagen constante.

“Tenía que ser perfecta todo el tiempo, y eso te agota. Te roba la libertad de equivocarte.”


“Perdí cosas que el dinero no compra”

Con la voz cargada de emoción, Laura admitió que el éxito también le costó momentos personales que jamás podrá recuperar.

“Perdí tiempo con mi familia, con mis hijos. Me perdí a mí misma por querer darle todo al público.”

Reconoció que, aunque su carrera la llenó de orgullo, también le dejó vacíos difíciles de llenar.

“Hay noches en las que, a pesar de los aplausos, llegaba a casa y sentía un silencio que dolía. La fama no abraza.”

Por primera vez, la artista habló de la soledad que acompañó sus años de mayor esplendor.

“Cuando eres joven, crees que el amor y la fama pueden coexistir. Pero muchas veces, uno termina apagando al otro.”


Los amores y las desilusiones

Laura León siempre fue una mujer apasionada, y su vida sentimental ha sido tan intensa como sus canciones.
Sin mencionar nombres, confesó que algunos de los amores de su vida la marcaron profundamente.

“He amado con todo mi corazón, pero también me han roto en mil pedazos. El amor fue mi mayor alegría… y mi mayor lección.”

Reconoció que, en su afán por mantener una vida privada alejada del escándalo, guardó más de una historia en silencio.

“La gente piensa que conoció todo de mí, pero hay cosas que me guardé para sobrevivir.”

A pesar de todo, no se arrepiente.

“Cada lágrima me hizo más fuerte. Hoy puedo mirar atrás y decir: lo viví todo, lo sentí todo, y sigo de pie.”


La verdad que todos sospechaban

Y entonces llegó el momento más esperado de la conversación.
El periodista le preguntó directamente:

“Laura, ¿qué es eso que todos sospechaban y que hoy decides admitir?”

La Tesorito suspiró, miró hacia el cielo y respondió con serenidad:

“Que detrás del personaje hay una mujer que también se cansa. Que no todo fue alegría ni glamour. Que muchas veces tuve que fingir estar bien para no defraudar a los que creían en mí.”

Admitió que, durante años, su personaje se volvió más fuerte que ella misma.

“Hubo un tiempo en que no sabía dónde terminaba ‘La Tesorito’ y empezaba Rebeca. Me perdí en medio del personaje.”

Y con voz temblorosa, añadió:

“La Tesorito fue mi escudo, pero también mi máscara.”


“Tuve que perdonarme”

La confesión más conmovedora llegó cuando Laura habló del perdón.

“Perdoné a quienes me traicionaron, pero sobre todo tuve que perdonarme a mí misma. Por las veces que elegí el trabajo sobre mi bienestar, por las veces que me callé cuando debía gritar.”

Explicó que, con el paso del tiempo, comprendió que no se puede complacer a todos.

“Quise ser la mujer perfecta, la artista perfecta, la madre perfecta… y en ese intento me olvidé de mí. Pero ahora entiendo que también merezco descansar.”


El renacer de una leyenda

Lejos de la televisión y los grandes escenarios, Laura León se encuentra en una etapa de plenitud.

“Hoy canto cuando quiero, actúo si me nace y sonrío porque lo siento, no porque lo esperen.”

Se dedica a proyectos personales, a su familia y a disfrutar de las cosas simples de la vida.

“A veces la gente cree que necesito volver al escándalo, pero yo ya viví eso. Ahora mi escándalo es estar en paz.”

Su voz se quiebra cuando habla del público, ese que la acompañó toda la vida.

“Mi gente fue mi refugio. Sin ellos no habría podido soportar los momentos difíciles.”


Una lección de vida

Al final de la entrevista, Laura León dejó un mensaje lleno de sabiduría y gratitud.

“El éxito no se mide en fama ni en dinero. Se mide en la paz con la que duermes cada noche. Y hoy puedo decir que duermo tranquila.”

Con su estilo inconfundible, remató con una sonrisa luminosa:

“¡Tesoro, mi amor! A esta edad, ya no necesito demostrar nada. Solo quiero seguir brillando, pero esta vez, con mi propia luz.”


Epílogo: la verdadera Laura

A los 72 años, Laura León no es solo un ícono de la cultura popular, sino una mujer que ha aprendido a abrazar sus luces y sus sombras.
Su confesión no fue un acto de debilidad, sino una declaración de libertad.

“Ya no me asusta mostrar mis cicatrices. Son parte de mi historia, de mi música, de mi vida.”

Y así, la Tesorito, la mujer que con su alegría conquistó a millones, nos deja una lección imborrable:
que la fama puede desaparecer, pero la autenticidad permanece para siempre.

“He vivido con intensidad, he amado sin miedo y he aprendido que la verdadera riqueza está en saber quién eres, incluso cuando el mundo solo quiere verte brillar.”