“Un viaje por carretera en 1994 a la Sierra de Zongolica se convirtió en misterio cuando una pareja desapareció sin dejar huella — Once años después, un descubrimiento fortuito reveló pistas tan inquietantes que las autoridades reabrieron un caso que llevaba años congelado, sacudiendo a toda una comunidad”

Un viaje que se convirtió en misterio

En junio de 1994, Daniel Ortega y María Salazar partieron desde Córdoba, Veracruz, rumbo a la Sierra de Zongolica. Llevaban tiempo planeando un recorrido en coche para disfrutar de los paisajes montañosos y visitar algunos pueblos conocidos por sus artesanías.

Salieron un viernes por la mañana en su sedán azul. Avisaron a sus familias que regresarían el domingo por la tarde. Nunca llegaron.


La búsqueda inicial

Cuando el lunes por la mañana no había noticias, familiares y amigos alertaron a las autoridades. La policía estatal organizó un operativo que incluyó patrullas, helicópteros y voluntarios de la zona. Revisaron carreteras, senderos y barrancos.

No hubo señales de accidente ni objetos personales que indicaran qué había pasado. El coche tampoco apareció.


Años de silencio

Con el tiempo, el caso se enfrió. Surgieron teorías: un asalto en carretera, un desvío hacia un camino peligroso, o incluso la posibilidad de que la pareja hubiera decidido desaparecer voluntariamente. Sin embargo, ninguna hipótesis pudo confirmarse.

Durante más de una década, la desaparición de Daniel y María quedó como una herida abierta para sus familias y un enigma para la comunidad.


El hallazgo de 2005

En agosto de 2005, trabajadores forestales limpiaban una zona remota de la Sierra, a varios kilómetros de cualquier carretera transitada. Allí, entre la vegetación densa, divisaron la parte trasera de un coche oxidado y cubierto de ramas.

El color y el modelo coincidían con el vehículo de la pareja desaparecida.


El interior del coche

Cuando la policía logró abrirlo, encontraron un bolso tejido con pertenencias de María, un mapa doblado con anotaciones a mano y una cámara fotográfica antigua con un rollo sin revelar.

En el asiento trasero había dos botellas de agua vacías y una manta doblada, como si alguien hubiera estado descansando allí.


Las fotos reveladas

El rollo de película, revelado cuidadosamente, mostró imágenes de Daniel y María en distintos puntos de la Sierra. La última foto, tomada desde el interior del coche, mostraba un camino de tierra que se adentraba en el bosque. En la esquina, desenfocado, aparecía lo que parecía ser una figura humana.


El lugar del hallazgo

La ubicación del coche planteó más preguntas que respuestas. El terreno era inaccesible para un vehículo sin ayuda externa, y el único camino cercano estaba bloqueado desde finales de los años noventa por un derrumbe.

Los peritos concluyeron que el coche no había estado allí todo el tiempo; alguien debió moverlo años después de la desaparición.


Reapertura del caso

Con estas pistas, las autoridades reabrieron la investigación. Interrogaron a residentes de la zona y revisaron archivos de posibles incidentes ocurridos en 1994. Algunos lugareños recordaron haber visto un coche similar en caminos cercanos, pero no pudieron precisar fechas.


Impacto en la comunidad

El hallazgo reavivó el interés por el caso. Programas de radio y periódicos locales retomaron la historia. Los familiares de Daniel y María expresaron alivio por tener al menos un fragmento de verdad, aunque las incógnitas siguieran intactas.

—Es doloroso, pero al menos sabemos que no nos equivocamos al seguir buscando —dijo la hermana de María.


Un misterio que persiste

Hoy, casi tres décadas después de la desaparición, no se sabe qué ocurrió realmente en aquel viaje. Las pistas halladas en 2005 siguen siendo las únicas pruebas físicas, y la figura borrosa en la última foto continúa siendo un enigma.

La Sierra de Zongolica, con su belleza y sus rincones inaccesibles, sigue guardando secretos. Y entre ellos, tal vez, la respuesta definitiva sobre el destino de Daniel Ortega y María Salazar.