El sobrino de María Félix finalmente habla después de dos décadas: cartas perdidas, un testamento oculto y confesiones que podrían cambiar para siempre la imagen de “La Doña” que el público creía conocer.

Han pasado ya veintidós años desde que México despidió a una de las figuras más icónicas del cine de oro: María Félix, “La Doña”, la mujer que deslumbró con su belleza, su carácter indomable y su mirada imposible de olvidar.
Pero ahora, más de dos décadas después, un miembro de su familia rompe el silencio. Su sobrino, quien durante años evitó la prensa, ha decidido hablar… y sus palabras están sacudiendo el mundo del espectáculo mexicano.


El silencio de dos décadas

Desde la partida de María Félix en 2002, los rumores nunca cesaron: disputas familiares, herencias misteriosas, amores secretos, colecciones desaparecidas. Sin embargo, nadie de su círculo cercano había querido aclarar nada.
Hasta ahora.

Es el momento de contar mi verdad”, dijo su sobrino, visiblemente emocionado durante una entrevista exclusiva concedida en Ciudad de México. “Durante años escuché versiones, historias, incluso inventos. Pero detrás del mito había una mujer más humana, más compleja y, sobre todo, más sola de lo que muchos piensan”.


Las cartas que nunca se conocieron

Entre los recuerdos que el sobrino decidió mostrar, hay algo que ha dejado a muchos sin aliento: una serie de cartas escritas por la propia María Félix, aparentemente dirigidas a un amigo cercano del mundo del arte europeo.

Las cartas —escritas con la letra firme y elegante que la caracterizaba— hablan de sus miedos, sus dudas y una sensación constante de desconfianza hacia algunas personas de su entorno.
“Decía que la fama era un espejo roto —relata su sobrino—. Que cada fragmento reflejaba una parte distinta de ella: la actriz, la musa, la mujer… pero nunca la persona completa”.

Estas cartas, según explica, habían permanecido guardadas en un cofre de madera que perteneció a su abuela. Nadie las había tocado hasta ahora.


El testamento oculto: una historia de familia y poder

Uno de los puntos más impactantes de su testimonio tiene que ver con el testamento de María Félix.
Durante años, se ha especulado sobre quién heredó realmente su fortuna, sus propiedades y, sobre todo, su impresionante colección de arte y joyas.

“Se habló de disputas y favoritismos —confiesa el sobrino—, pero lo que nadie sabe es que hubo una versión previa del testamento, escrita a mano, que nunca se presentó oficialmente. En ese documento, María expresaba deseos muy distintos a los que finalmente se cumplieron”.

Aunque no reveló los nombres implicados, asegura que ese documento existe y que fue redactado en sus últimos meses de vida. Según él, en esas páginas María habría dejado instrucciones personales sobre cómo deseaba que se preservara su memoria.
Ella no quería monumentos, quería comprensión”, dijo con una sonrisa triste.


Entre el mito y la mujer

María Félix fue, sin duda, un fenómeno. Su personalidad fuerte, su independencia y su elegancia la convirtieron en una figura casi inalcanzable. Pero el sobrino insiste en que esa imagen también fue una armadura.

“La gente veía a ‘La Doña’, pero no a María. Ella misma ayudó a construir ese personaje porque era su escudo. Era su manera de sobrevivir en una época en la que las mujeres no podían mostrarse vulnerables.”

Cuenta que, en privado, su tía era muy diferente: “Podía reír con sencillez, cocinar, cuidar sus plantas. Le gustaba caminar descalza por el jardín. Esas cosas nadie las vio, porque prefería que el mundo la recordara fuerte, no frágil”.


Las amistades misteriosas

Otro de los temas que ha despertado curiosidad son las amistades internacionales de la actriz.
Su sobrino reveló que en los años setenta y ochenta, María mantenía contacto con artistas, diplomáticos y coleccionistas de varios países, con quienes intercambiaba obras de arte, cartas y regalos.

“Tenía amigos poderosos, pero también muy reservados. Nunca hablaba de ellos en público. Había una red de correspondencia que nadie conocía. Algunos incluso le pedían consejo sobre cómo manejar su imagen. Era una especie de maestra de la elegancia y la estrategia”, comentó.

Estas revelaciones han despertado el interés de historiadores del cine, que ahora intentan rastrear esas conexiones para comprender mejor la influencia internacional de la diva mexicana.


Una figura inmortal

Veintidós años después, el nombre de María Félix sigue generando fascinación. Su rostro decora murales, perfumes y películas. Pero con estas nuevas declaraciones, su leyenda adquiere una nueva dimensión: la de una mujer que luchó contra su propio mito.

“María no quería ser perfecta —asegura el sobrino—. Quería ser libre. Y la libertad le costó más caro de lo que cualquiera imagina.”


El legado que persiste

Las palabras del sobrino no buscan polémica, dice. Su intención, asegura, es “humanizar la memoria de María” y mostrar que detrás de cada mito hay una persona con temores, contradicciones y sueños.
“Ella me enseñó que uno no debe pedir permiso para brillar —concluye—, pero también que el brillo más fuerte puede cegarte si no sabes de dónde viene.”

Con esta revelación, el público se enfrenta a una pregunta inquietante:
¿Conocimos realmente a “La Doña”?
¿O solo vimos la sombra deslumbrante de una mujer que, incluso después de la muerte, sigue conquistando titulares, corazones y misterios?