Después de más de cuarenta años cantando juntos, el Dúo Pimpinela sorprende al mundo con un mensaje que nadie imaginaba. A los 72 años, sus palabras desatan una ola de emociones, preguntas y recuerdos que hacen temblar el corazón de sus seguidores.

Han pasado más de cuatro décadas desde que el mundo escuchó por primera vez aquella voz doble que parecía discutir, amar y soñar al mismo tiempo. Pimpinela —el inolvidable dúo formado por los hermanos Lucía y Joaquín Galán— marcó generaciones con canciones que se convirtieron en himnos familiares: Olvídame y pega la vuelta, A esa, Valiente, Dímelo delante de ella.
Pero hoy, a sus 72 años, el dúo vuelve a ser noticia, no por un nuevo disco ni por una gira mundial, sino por algo mucho más humano, íntimo y sorprendente: una revelación que ha conmovido incluso a quienes creían saberlo todo sobre ellos.

Un silencio que duró años

Durante mucho tiempo, Pimpinela mantuvo una relación distante con los medios. Aunque seguían ofreciendo conciertos y participando en programas especiales, su vida personal había quedado en un discreto segundo plano. “Sentíamos que ya habíamos contado todo con nuestras canciones”, confesó Joaquín en la reciente entrevista que encendió las redes.

Sin embargo, esta vez decidieron hablar. Y lo que contaron dejó sin palabras a más de uno. No se trató de un escándalo ni de una polémica —algo tan común en el mundo del espectáculo—, sino de una historia real, profundamente humana, que mezcla nostalgia, amor fraternal y una verdad que muchos desconocían.

“Necesitábamos contarlo ahora”

Lucía fue la primera en romper el silencio. “Llevamos más de cuarenta años cantando al amor y al desamor de los demás. Pero nunca habíamos contado el nuestro, el que vivimos como familia, como hermanos, como compañeros que se conocen desde que tienen memoria.”

Según relataron, los últimos años han sido un tiempo de reflexión. “A esta edad uno mira hacia atrás y se pregunta si valió la pena. Nosotros decimos que sí, pero también reconocemos los momentos en que casi lo dejamos todo”, añadió Joaquín, con una mezcla de emoción y serenidad.

La revelación que nadie esperaba

La entrevista tomó un giro inesperado cuando Lucía confesó que hubo una etapa en la que el dúo estuvo a punto de separarse definitivamente, sin que el público lo supiera.
“Fue después de una gira en América Latina. Estábamos agotados, física y emocionalmente. El público veía a Pimpinela, pero detrás del escenario casi no nos hablábamos. Cada uno tenía su vida, sus dolores, sus dudas. Y aunque el amor fraternal nunca desapareció, sentíamos que el proyecto se había vuelto una carga”, explicó.

Joaquín asintió, con una mirada que parecía viajar al pasado. “Tuvimos discusiones muy duras. Pero lo más difícil no era pelear, sino el silencio que venía después. Éramos hermanos, pero también éramos socios, y eso a veces confundía todo.”

El público, acostumbrado a verlos inseparables, jamás sospechó que su relación profesional había estado en peligro. “Decidimos callar porque no queríamos decepcionar a nadie. Pero con el tiempo entendimos que callar también era una forma de mentirnos a nosotros mismos”, añadió Lucía.

La fuerza de volver

Después de aquel periodo de distancia, vino un renacimiento. Lucía y Joaquín decidieron no rendirse. “Nos dimos cuenta de que Pimpinela era mucho más que nosotros. Era la historia de miles de personas que crecieron, amaron y lloraron con nuestras canciones”, dijo él.
El reencuentro se dio sin cámaras, sin prensa, en una tarde cualquiera en Buenos Aires. “Nos sentamos a tomar un café y, sin planearlo, volvimos a cantar. Fue como volver a casa”, recordó Lucía con una sonrisa.

Aquel reencuentro dio origen a una nueva etapa artística, más íntima y madura. Empezaron a escribir canciones con una mirada distinta: menos teatral, más real. “Por primera vez hablamos de lo que sentimos hoy, no de lo que imaginábamos cuando éramos jóvenes”, agregó Joaquín.

La confesión que emociona al mundo

La verdadera sorpresa llegó al final de la entrevista, cuando ambos revelaron un gesto que simboliza su nueva etapa: decidieron grabar una última canción, juntos, como un cierre y una celebración.
“No es una despedida triste”, aclaró Lucía. “Es una forma de agradecer. Hemos tenido una vida llena de música, de público, de amor. Pero sentimos que este es el momento de dejar que las nuevas generaciones sigan su camino.”

El tema, que se mantiene bajo reserva, promete ser un homenaje a la historia del dúo y a todos los que los acompañaron durante más de cuatro décadas. “No quisimos anunciarlo antes porque queríamos que naciera desde la verdad, no desde la expectativa. Ahora sí podemos decirlo: será nuestro último proyecto juntos”, afirmó Joaquín.

Una historia que trasciende el tiempo

Las redes sociales estallaron tras la noticia. Miles de fans de toda Hispanoamérica expresaron su emoción, su nostalgia y su gratitud. “No hay infancia sin una canción de Pimpinela”, escribió un usuario. “Ellos nos enseñaron que discutir también puede ser una forma de amar”, comentó otro.

Lo cierto es que Pimpinela se convirtió en algo más que un dúo musical: fueron espejo, compañía y banda sonora de generaciones enteras. Y aunque su anuncio sorprendió, también dejó una sensación de paz.
“Nos vamos tranquilos, sabiendo que dejamos algo bonito en el corazón de la gente”, concluyó Lucía, con la voz quebrada pero el rostro sereno.

El adiós que no es final

Pimpinela no se despide del todo. Prometieron seguir participando en causas sociales y en eventos benéficos, como lo han hecho durante años. “Mientras tengamos voz, vamos a seguir ayudando”, dijo Joaquín.

Su historia no termina con un silencio, sino con un eco que sigue resonando en cada rincón donde alguien alguna vez gritó ¡Olvídame y pega la vuelta!.

Y quizá esa sea la mayor lección que nos dejan: que incluso los finales pueden estar llenos de música.