Después de una vida entre escenarios, poesía y excesos, Joaquín Sabina confiesa lo que todos sospechaban. A sus 76 años, el genio de Úbeda reflexiona sobre su legado, sus errores y su mayor verdad: que la vida, incluso con cicatrices, sigue siendo una canción hermosa.

Joaquín Sabina, el hombre que hizo poesía del desencanto y humor del dolor, cumplió 76 años y decidió hablar con la misma honestidad que siempre tuvo en sus canciones.
Después de décadas de giras, amores, caídas y renacimientos, el cantautor español sorprendió al confesar —sin arrepentimientos ni solemnidad— lo que muchos sospechaban desde hace tiempo:

“Al final, lo único que me ha salvado siempre fue el amor. No el de las canciones, sino el de verdad, el que te espera cuando se apagan los focos.”

🎩 El trovador que se hizo inmortal sin quererlo

Desde 19 días y 500 noches hasta Peces de ciudad, Joaquín Sabina ha narrado la vida como pocos: con ironía, crudeza y una ternura disfrazada de cinismo.
Sus letras no fueron inventos: eran confesiones con música, heridas con ritmo.

Durante su carrera, se le ha llamado poeta, rebelde, romántico, provocador. Pero él siempre respondió con una sonrisa entre cansada y pícara:

“No soy poeta, soy un tipo que cuenta lo que le pasa y lo que imagina cuando no le pasa nada.”

A sus 76 años, sin máscaras ni escándalos, Sabina eligió hablar con calma, con la sabiduría del que ha aprendido a convivir con sus luces y sus sombras.

💬 “He sobrevivido más veces de las que merecía”

En la entrevista más reciente, Sabina habló con una mezcla de nostalgia y gratitud.
Recordó su juventud, los excesos, las giras interminables, los amores imposibles y las noches que parecían eternas.

“He tenido más vidas que un gato, y en casi todas he estado a punto de perderme. Pero aquí sigo. Supongo que los milagros existen, aunque tengan pinta de resaca.”

La frase provocó risas y emoción. Era el Sabina de siempre: el que podía convertir una verdad dolorosa en una carcajada melancólica.

“He sobrevivido más veces de las que merecía, pero cada caída me enseñó una canción.”

🌹 El amor y la gratitud: sus verdades más simples

A lo largo de su carrera, Sabina escribió sobre el amor como pocos. Lo pintó con sus defectos, sus desengaños y sus instantes de gloria.
Y ahora, con los años, confesó lo que muchos intuían:

“Escribí miles de versos sobre el amor, pero solo entendí lo que era cuando dejé de buscarlo. El amor no se conquista, se cuida. Y cuando llega, si uno tiene suerte, te enseña a ser menos egoísta.”

El público siempre sospechó que, detrás del sarcasmo, el autor de Nos sobran los motivos escondía un alma tierna.
Su confesión lo confirmó: Sabina siempre fue más romántico de lo que admitía.

🎙️ “El aplauso no cura, pero acompaña”

Sabina también habló sobre la fama, ese escenario invisible que lo acompañó durante medio siglo.

“El aplauso es una droga peligrosa. No cura, pero acompaña. Y a veces, cuando te sientes vacío, ese ruido es lo único que te recuerda que sigues aquí.”

Reconoció que le costó aprender a vivir sin los escenarios durante su retiro temporal:

“La música me dio todo, pero también me quitó el silencio. Y ahora que lo tengo, lo valoro más que nunca.”

🌆 El paso del tiempo y la herida que se vuelve canción

A diferencia de otros artistas, Sabina nunca intentó ocultar su edad ni sus cicatrices.

“No me molesta cumplir años. Lo que me molesta es que ya no aguanto tres noches seguidas de bohemia. Pero bueno, me queda la guitarra, el vino y las ganas de reírme de todo.”

A sus 76 años, su visión de la vida es más serena, pero no menos intensa.

“Antes quería cambiar el mundo. Ahora solo quiero que el mundo no me cambie a mí.”

💫 “No sé si hice todo bien, pero lo hice con pasión”

Cuando le preguntaron si cambiaría algo de su pasado, Sabina respondió con una sonrisa cansada:

“No sé si hice todo bien, pero lo hice con pasión. Y eso ya es bastante para un tipo que nunca supo planear nada.”

El músico confesó que su mayor logro no está en los discos vendidos, sino en la conexión que sus letras generaron con la gente:

“Cada vez que alguien me dice que una canción mía lo acompañó en un momento difícil, siento que todo valió la pena.”

🌻 “La muerte no me asusta; me asusta no vivir de verdad”

Con su característico humor, Sabina habló incluso del tema que muchos evitarían.

“La muerte no me asusta; lo que me asusta es llegar a ella sin haber vivido de verdad. Por eso sigo escribiendo, aunque sea despacio, aunque duela la espalda o la inspiración llegue tarde.”

Dijo que no teme al final, porque siente que su música seguirá hablando por él:

“Mientras alguien cante Y sin embargo o Contigo, seguiré existiendo en algún bar, en alguna noche.”

🌈 Epílogo: el poeta que sigue cantando con el alma

Joaquín Sabina no necesitó confesar grandes secretos para conmover al mundo.
Su “admisión” fue una verdad que todos sospechaban: que detrás del trovador rebelde siempre hubo un hombre profundamente humano, agradecido y lleno de amor por la vida.

“Nunca quise ser ejemplo de nada. Solo quise dejar una canción que alguien, algún día, sintiera como suya.”

A los 76 años, Sabina no habla desde la nostalgia, sino desde la plenitud.
Ha entendido que el arte no es inmortalidad, sino compañía.
Y, una vez más, nos recuerda con su voz rasgada que vivir —a pesar de todo— sigue siendo la más bella de las canciones.