📰 Antes de su muerte, López Mateos finalmente confiesa la impactante verdad sobre Nelly Montiel

Por más de cinco décadas, el expresidente Adolfo López Mateos fue recordado como un líder carismático, astuto y de palabras medidas. Sus discursos inspiraron a millones, sus decisiones políticas marcaron la historia de México y su vida privada, siempre envuelta en un velo de discreción, parecía intocable. Sin embargo, en los últimos días antes de su muerte, rompió el silencio. Lo que reveló dejó a más de uno sin aliento, y puso bajo una nueva luz a una figura poco conocida pero fundamental en su vida: Nelly Montiel.

Un nombre susurrado en los pasillos del poder

Para muchos mexicanos, el nombre Nelly Montiel no significaba nada… hasta ahora. Entre las paredes de Palacio Nacional, sin embargo, su nombre se susurraba con cautela. Nelly, según rumores nunca confirmados, fue más que una simple conocida de López Mateos: una mujer clave en decisiones políticas, estrategias internacionales e incluso en asuntos que jamás llegaron a la prensa.

Pero el misterio no se detenía allí. Durante años, nadie pudo confirmar su existencia oficial. No había registros claros de su nacimiento, ni fotografías recientes, ni documentos que explicaran su papel exacto. Solo algunos periodistas veteranos afirmaban haberla visto, siempre acompañada por escoltas, entrando y saliendo de reuniones a puerta cerrada.

La última confesión

En una noche silenciosa en el hospital, acompañado únicamente por un médico y un viejo amigo de confianza, López Mateos habló. Según el testimonio filtrado por una fuente anónima, sus palabras fueron claras:

“Lo que pasó con Nelly Montiel no puede desaparecer conmigo. Ella no fue una casualidad en mi vida… ni en la historia del país.”

A partir de ahí, narró una historia que parecía sacada de un thriller político. Según López Mateos, Nelly Montiel no solo era una figura cercana, sino una agente con conexiones internacionales, enviada con una misión específica: influir en las decisiones clave de su gobierno.

La noche en que todo cambió

López Mateos relató que conoció a Nelly en 1959, durante una cena diplomática en la Ciudad de México. “Ella sabía todo sobre mí antes de que yo abriera la boca”, confesó.
La conversación que mantuvieron aquella noche, dijo, lo dejó inquieto: Nelly conocía detalles clasificados sobre negociaciones con Estados Unidos y acuerdos con países de Europa. Cuando él le preguntó cómo obtenía esa información, ella sonrió y respondió: “Digamos que tengo amigos en todas partes”.

Desde ese día, Nelly se convirtió en una presencia constante en su vida. No ocupaba ningún cargo oficial, pero tenía acceso a reuniones confidenciales, documentos estratégicos y a conversaciones que solo un puñado de personas escuchaba.

El precio de su silencio

Durante años, López Mateos aseguró que mantuvo a Nelly cerca porque su consejo era certero y, en muchos casos, evitó crisis políticas. Pero también admitió que su cercanía tenía un costo: decisiones que él jamás habría tomado por voluntad propia fueron influenciadas por ella.

En un momento de su confesión, el expresidente bajó la voz y dijo:

“No todo lo que hice como presidente fue por el bien del país… Algunas cosas fueron para protegerla a ella”.

Desaparición sin rastro

En 1965, Nelly Montiel desapareció repentinamente. No hubo comunicados oficiales, ni funerales, ni investigaciones públicas. Simplemente dejó de estar presente.
Los periodistas de la época asumieron que se trataba de una separación personal, pero según la confesión de López Mateos, la verdad fue mucho más oscura.

“Ella me dijo que tenía que irse, que ‘ellos’ venían por ella. No supe nunca quiénes eran ‘ellos’, pero la manera en que lo dijo me heló la sangre”, afirmó.
Días después, recibió un sobre sin remitente con una sola fotografía: Nelly de espaldas, subiendo a un avión militar sin insignias.

El impacto político

La desaparición de Nelly coincidió con cambios drásticos en la política exterior mexicana y con un cierre total en ciertas investigaciones que el gobierno llevaba a cabo. La confesión de López Mateos sugiere que, tras su partida, se activaron mecanismos para borrar todo rastro de su existencia: expedientes destruidos, archivos reescritos y nombres falsos en los pocos documentos que sobrevivieron.

¿Quién era realmente Nelly Montiel?

Las teorías se multiplican:

Algunos creen que Nelly era una espía extranjera, posiblemente vinculada a agencias de inteligencia de la Guerra Fría.

Otros sostienen que fue una operadora secreta mexicana, enviada para proteger intereses nacionales.

Los más osados afirman que Nelly ni siquiera era su verdadero nombre y que trabajaba para una red internacional que controlaba silenciosamente a varios líderes latinoamericanos.

Reacciones a la confesión

Tras filtrarse el testimonio, historiadores, periodistas y antiguos colaboradores del expresidente han exigido una investigación oficial para esclarecer quién fue Nelly Montiel y qué papel jugó realmente.
En redes sociales, el tema se volvió tendencia. Algunos usuarios aseguran haber visto a una mujer con su descripción en eventos recientes, lo que abre la teoría de que sigue viva, oculta bajo otra identidad.

La frase final

Antes de cerrar su confesión, López Mateos dejó una frase que, hasta hoy, sigue causando escalofríos:

“Si algún día la ven… no le pregunten nada. Ella ya sabe lo que ustedes quieren saber, y jamás les dará una respuesta.”

Tras decir esto, el expresidente cerró los ojos, y, según la fuente, nunca volvió a hablar del tema.

Un misterio que trasciende la muerte

La historia de Nelly Montiel sigue siendo una de las sombras más inquietantes en la biografía de Adolfo López Mateos. Su confesión, lejos de aclarar el misterio, lo ha profundizado.
Quizás algún día la verdad salga a la luz, o tal vez quede para siempre enterrada en la historia no oficial de México.