“Después de más de cinco décadas de éxito, Ángela Carrasco conmociona al mundo al confesar, a sus 74 años, los nombres de quienes la decepcionaron profundamente y las razones por las que jamás les concederá el perdón. Su relato revela heridas antiguas, silencios impuestos y una lección de vida que estremece.”

Durante más de cinco décadas, Ángela Carrasco ha sido una de las voces más queridas y admiradas de la música latina. Su elegancia, su talento y su historia junto a íconos como Camilo Sesto y Juan Gabriel la convirtieron en una figura inolvidable.
Pero ahora, a sus 74 años, la artista dominicana ha decidido romper el silencio y contar una verdad que guardó durante medio siglo: los nombres de las personas a las que, según sus propias palabras, “jamás podrá perdonar”.

Lejos de buscar polémica, su revelación fue un acto de liberación personal, una manera de cerrar heridas y recuperar su paz interior.


I. La mujer detrás del ícono

Ángela Carrasco fue una pionera. En una época dominada por voces masculinas, se ganó un lugar en el corazón del público por su talento y su fuerza interpretativa.
Desde su debut en los años 70 con Jesucristo Superstar, hasta sus grandes éxitos románticos como Quererte a ti y Si tú eres mi hombre y yo tu mujer, su voz se convirtió en símbolo de una generación.

Sin embargo, detrás del brillo y las ovaciones, había una historia de sacrificios, decepciones y traiciones silenciosas.

“Durante muchos años callé por respeto, por miedo y por amor. Pero a esta edad, ya no tengo por qué callar. Hablar es sanar.”


II. La primera herida: la traición profesional

En su confesión, Carrasco habló por primera vez de un episodio que la marcó profundamente a nivel artístico.

“Cuando comencé a destacar, hubo personas en la industria que me cerraron puertas por envidia. No soportaban ver a una mujer latina triunfando en escenarios donde antes solo aplaudían a los hombres.”

La cantante relató que incluso personas de su propio entorno laboral la traicionaron.

“Confié en gente que se aprovechó de mi ingenuidad. Me robaron contratos, dinero, y sobre todo, tiempo… tiempo que ya no se recupera.”

Aunque no dio nombres directamente, mencionó a un antiguo representante y a un productor que, según ella, “hicieron todo para hundirla” durante una de las etapas más prometedoras de su carrera.

“No los odio, pero nunca podré perdonarlos. Me hicieron dudar de mí misma, y eso fue lo más cruel.”


III. La traición personal: “El amor que me quebró”

Más adelante, Ángela sorprendió al revelar un capítulo aún más íntimo.

“Hubo una persona a quien amé profundamente, pero que me hizo mucho daño. Creí en sus promesas, en su lealtad, y al final descubrí que solo estaba a mi lado por interés.”

Aunque nunca pronunció su nombre, se refirió a él como ‘un hombre del medio artístico, admirado por todos’.

“Perdonar una mentira es fácil. Perdonar una manipulación es imposible.”

Contó que esa relación tóxica casi la hace abandonar la música.

“Llegué a sentir que mi voz ya no tenía sentido. Pero fue justamente la música la que me salvó.”


IV. Las decepciones de la amistad

Ángela también habló sobre amigos que dejaron de serlo cuando la fama comenzó a disminuir.

“Cuando estás en la cima, todos te buscan. Pero cuando los focos se apagan, descubres quién te quería de verdad.”

La cantante recordó con emoción a quienes sí se quedaron a su lado —entre ellos, su familia y algunos colegas—, pero admitió que hay personas del medio artístico a las que “jamás volvería a abrirles la puerta”.

“Hay gente que te abraza en público y te apuñala en privado. Con los años aprendí que el aplauso no siempre viene del cariño, a veces viene del interés.”


V. El perdón que no llegará

Cuando le preguntaron directamente si, con el paso del tiempo, no había pensado en perdonar a quienes la lastimaron, su respuesta fue firme pero serena:

“Perdonar es un acto de amor, pero no puedo dar lo que no me nace. Hay heridas que no sanan con palabras, solo con distancia.”

Agregó que su decisión de hablar no busca venganza, sino dar ejemplo de fortaleza a las nuevas generaciones de artistas.

“Quiero que las mujeres jóvenes sepan que no deben callar cuando algo las lastima. Que el silencio solo protege a los culpables.”


VI. La lección de vida

Hoy, Ángela Carrasco vive rodeada de paz, familia y música.
Ha aprendido a poner límites y a agradecer lo que la vida le dejó, incluso después de las decepciones.

“He vivido traiciones, pero también milagros. Y prefiero recordar lo bueno, sin olvidar lo que me enseñó el dolor.”

Confesó que, a sus 74 años, ya no busca reconocimiento ni revancha:

“Solo busco dejar mi historia clara y cantarle al amor, al verdadero amor, que no hiere ni engaña.”


VII. Epílogo: la voz que no se apaga

Su voz sigue siendo la misma: potente, elegante, inconfundible.
Pero ahora, sus palabras resuenan con más fuerza que sus canciones.

“Si algo me queda por decir antes de partir, es que aprendí que el perdón no siempre es necesario para vivir en paz. A veces, la paz llega cuando simplemente decides soltar.”

Con esa frase, Ángela Carrasco cerró su confesión más honesta, dejando claro que su mayor victoria no fue sobre los escenarios, sino sobre su propio pasado.

Y así, con la serenidad que solo da el tiempo, la artista concluyó:

“Ya no me duelen las traiciones. Me duele haber tardado tanto en entender que, a veces, la dignidad también se canta.”